Lo conseguí comprando pañales de una marca muy conocida (hace la friolera de diecinueve años).
Toda la vida ha estado sobre su cama, primero en la cuna, después en su dormitorio de niña, más tarde sobre la colcha del campus universitario. Forma parte de su vida, y supongo que se lo llevará cuando se independice y se marche de casa.
Estos días le he conseguido un compañero muy parecido a él, pero en pequeñito.
Es una monada¡¡¡
ResponderEliminary sobre todo los sentimientos que le transmite a tu mujercita...
¿Verdad que es tierno? y finito al tacto...
ResponderEliminarYo tuve un osito que me transmitía la misma emoción, pero el pobre acabó mal de verdad.
¡que recuerdos me ha traido! aiiiiiiiiiiiiiins, mi hija atambien lo tenia, ella tiene 23 añitos , y si es cierto los daban con los d............ , hasta hace poco andaba por ahi.
ResponderEliminarMe encanta emocionarme con los recuerdos así, ja ja ja. Es que soy una sentimental...
ResponderEliminarNadicsa, igual aparece en el momento menos pensado. Si fuera así, te propongo que le hagas una foto, me encantaría ver a un hermanito del peluche de mi hija.
:-)))
Hola Enebea,
ResponderEliminarTú sí que me has emocionado con el comentario que has dejado en mi web. Gracias por él, por la ternura de tu Blog y por ser como eres.
Besos,
Ana (Amavib)
¡Lo tengooooo!!!! Tengo ese conejo igual, y tambièn un osito. Los conseguí de la misma manera que tú, pero sin embargo mi hijo tenía otros muñecos favoritos y esos están prácticamente nuevos, ahora guardados en un cajón de mi armario.
ResponderEliminar¡Ah! ...y a falta de libro de vistas, puedes dejarme todos los mensajitos que quieras en mi correo electrónico:
papi_delbard@hotmail.com